Verano, invierno, colores, tendencias, y otras palabras clave

La moda tiene mucho de psicología y el dicho que escuchamos de los hombres, ese de: "no hay forma de entenderos", es muy cierto en muchos de los casos que vivimos a diario. Hay mujeres que a las 10:30 de la mañana quieren una prenda y las 12:30 la están odiando. Pero es en estos casos cuando en realidad habría que preguntarse si los complejos, las opiniones externas, la inseguridad y muchos otros factores juegan en primera línea para provocar estas conductas. Esto, claro está, es un caso extremo pero hay toda una escala desde cero hasta 100. 



La división de temporadas, ya no es lo que era. Actualmente ya no porque haya cambiado el clima sino por la libertad que otorgan precisamente las tendencias, la mezcla entre estas dos temporadas se difumina y cada vez cobra más sentido no clasificar la ropa de esta forma. Obviamente no nos pondremos alpargatas en pleno invierno un día de lluvia y tampoco un jersey de lana gruesa en pleno agosto pero si podemos llevar lino y algodones ligeros en camisas que hayas comprado en verano todo el invierno, las sedas son atemporales, un botín puede ser abierto, destalonado o de puntera abierta y lo puedes llevar a la calle sin medias, con medias, con calcetín en septiembre o en julio..... 

En lo que a prendas de fiesta se refiere, esta diferenciación tiene todavía menos lógica porque el abanico de posibilidades todavía se abre más. Puedes reutilizar gasas de seda en invierno, colores más opacos que considerarías de otoño para primavera y vestidos con espalda abierta necesitan casi siempre una americana como buena acompañante.

¿Qué es fiesta y qué es calle? Otro de los temas que trae de cabeza a muchas mortales es que buscan "una camiseta para salir", "un vestido para fiesta", "un abrigo de vestir", etc.... 
Nosotras hemos decidido eliminar esa terminología y  optar por Ceremonia para definir el tipo de prenda que puede necesitar una madrina, una mamá de una novia, una abuela, una invitada muy directa o hermana de los contrayentes y otra cosa muy diferente es lo que necesita una invitada a este tipo de ceremonias salvo que quiera ir disfrazada como toda española que simula asistir a una fiesta de postín y teme no estar a la altura. 
Puede chocar esto último, pero con ello nos referimos a que realmente puedes ir muy elegante con un vestido suelto y ligero de una buena colección de calle a una boda de mañana que tengas en primavera y usar el mismo para otra ocasión de tarde o celebración familiar en otoño. La clave está en tener la mente abierta, en no pensar que boda es no sinónimo de vestido. Puede encajarte más el pantalón, un dos piezas, lo que sea que a ti te favorezca, no por llevar vestido vas a ir más elegante. Tampoco se trata de llevar a toda costa escotes porque de lo contrario  la pieza en cuestión no resulta lo suficientemente "arreglada" o "vestida". 

La mujer de hoy en día es una mujer práctica, que tiene poco tiempo para comprar y que quiere que su guardarropa sea un buen fondo de armario.  A cada una de las prendas que entra en el armario le exige polivalencia y flexibilidad, naturalidad y atemporalidad. Por lógica esto sucede en el caso de que la mujer en cuestión se arregle en su día a día y tenga cierta vida social. Si no es el caso y esta mujer se "arregla" de forma puntual todas estas razones esgrimidas cobran todavía más peso para escapar del cliché de "invitada española". Y si, existe el término, porque la española es definida por el resto de europeas en muchas ocasiones como la que exponemos de  excesivamente arreglada, cursi, de uso profuso de colores llamativos, demasiado morena, demasiado teñida de rubio, etc... 

Todo esto puede resumirse en  naturalidad y sencillez que es muy difícil de conseguir porque exige gran conocimiento de una misma, seguridad y arrojo. Para muestra, os dejamos una fotografía con el look de Dakota Jhonson llegando al Festival de Cine de Venecia. 
  1. ¿Quién dice que el traje de chaqueta pantalón es para la oficina y que los zuecos de tacón son para llevar con vestido? 
  2. Sin joyas y con un lencero ligero bajo una americana oversize. ¿Por qué es necesario ir ajustada para mostrar la silueta si es más elegante insinuar que mostrar? La prenda masculina y el contraste con el lencero súper femenino tiene argumento. 
  3. El cuadro que es un clásico y vuelve con fuerza es toda una declaración de seriedad y profesionalidad sin perder juventud, señalada con esos talones descubiertos y los altos tacones. 
  4. ¿El beige no favorece?. Maquíllate y péinate (aquí se incluye un buen corte y un primordial y correcto color de pelo). Verás cual es el resultado, probablemente te verás tu misma y no el color que crees que necesitas para verte favorecida. 
  5. No es tan fácil sacarse partido, si ves que tu no sabes hacerlo, ¿por qué no contratar el servicio de verdaderas profesionales?
  6. Hay prendas, colores y proporciones que por si mismas transmiten un significado. Cuando una profesional ve una prenda sabe leerla, cuando una profana la interpreta puede "hablar" chino mandarín! y en lugar de contar lo que verdaderamente su portadora quiere transmitir puedes descubrir mucho de esa persona con sólo un vistazo. 
  7. Utiliza la ropa para decir algo porque, de todas formas, lo dirá, te vistas, bien o mal. 
  8. ¿Alguien se pregunta si este traje es de verano o de invierno? No, verdad? Es atemporal .....
  9. Los accesorios, igual que la ropa deben ser de calidad, pocos y bien escogidos, no te conviertas en un árbol de navidad, cuanta mejor es la calidad que llevas menos complementos necesitas. El bolso es un complemento que marca status, al igual que lo fue el reloj y lo están siendo las gafas de sol pero que lleves marcas y vayas vestida de Zara querrá decir que sigues a la blogger de turno (también entra en esta categoría llevar un trapo y calzarte unos Manolos o unas Golden Goose ...) 
  10. Sentido común, por favor, déjate de temporadas, de fiestas, de qué temperatura tendrás, de si llueve o no, etc, etc.... tu estilo y el buen gusto no depende de eso. 






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