La piel en verano , riesgos y precauciones


          El verano ya está aquí y es necesario tener en cuenta que un exceso de sol, el contacto directo con químicos empleados en las piscinas, un mayor empleo de jabones e incluso el calor excesivo pueden tener efectos nocivos sobre nuestra piel. El órgano más expuesto y en contacto constante con el exterior como ya os comenté en otras ocasiones. 





         Debido a esta exposición constante,  las radiaciones solares  pueden producir daños, en muchas ocasiones, importantes. Si le añadimos el paso del tiempo, las consecuencias son irremediables. En ocasiones aparecen de golpe y no sabemos por qué. Pero, ya sabéis, la piel tiene memoria. 
Hay zonas a las que debemos prestar más cuidado como son la cara, en especial la nariz y  pómulos. Por otro lado,  la parte superior de la espalda y  el escote son zonas sensibles donde nos quemamos con más facilidad.

¿Qué alteraciones pueden aparecer?

        Elastosis solares. Una desorganización de las fibras elásticas de la dermis. Se pueden presentar de varias formas, como arrugas, como miliums ( bultitos de grasa) y comedones. Y con todo esto, parece que el tabaco puede tener un efecto muy sinérgico con la luz del sol en la creación de estos pequeños defectos.

       Efélides.  Son máculas,  también conocidas por todos como  manchas marones, situadas en la parte alta de la espalda de niños jóvenes con fototipos claros o pelirrojos, y se debe a un  incremento en la producción de la melanina. Suelen darse en personas que no se broncean, por eso mismo es recomendable utilizar un protector específico como los intolerantes solares de institut esthederm. Imprescindibles  para pieles que son reactivas ( independientemente que estén bronceadas o no) y para todos los niños menores de 12 años.

      Lentigos actínicos. Manchas marrones indican ya un daño crónico. Son las típicas manchas que  nos salen después de habernos pasado mucho con el sol. Suelen aparecer después de años de exposición. Aparecen en la cara, dorso de las manos, hombros y escote.
Estas son las más comunes, pero sin importancia, solo tenéis que tener en cuenta que cualquier mancha o alteración debe ser vigilada, en la asimetría, en los bordes, en la coloración y en las elevaciones. Cualquier cambio es motivo de consultar con un especialista.


Por otro lado es muy común  que aparerezcan descamaciones. La deshidratación de la piel, por demasiada exposición, por los jabones de varias duchas diarias, el cloro…. y, por falta de nutrición durante todo el año. No te olvides de darle de beber a diario. 
Siempre insisto,  durante todo el  año, debéis aplicar,  después de la ducha, la crema hidratante corporal, indispensale para cuidar este órgano extenso y expuesto.  A la larga evitaréis  muchos problemas de descamaciones, sequedad severa, hiperqueratosis, ....
Por este motivo en verano siempre aconsejo las cremas nutritivas corporales,  nos aportan esa dosis extra tan necesaria en esta época.

Por otro lado repetir la protección cada dos horas. De ese modo,  no os quemaréis. No pretendais conseguir un color intenso de bronceado el primer día, sólo vais a conseguir acumular daños en la piel.
Si notáis tirantez o bien aún tomando precauciones sufris enrojecimiento, recurrid al bálsamo reparador SOS de esthederm,  recobrareis la piel de una forma correctamente tratada y más rápida. 


Artículo escrito por Ana Mancebo.  

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