Lo barato sale caro

        No os habéis preguntado nunca de dónde sale semejante avalancha de ropa que sacan las blogueras ....... Cómo pueden cambiar de ropa cada dos días o por qué sacan todas la misma prenda que quedará agotada en cuestión de días en las cadenas de gran distribución. Pues bien, muchos de los blogs de street-style tan venerados no son más que un cátalogo B de las marcas más comerciales. Si bien es cierto que son unas pocas las que están en esto del street style  desde el principio, parece que han creado legión entre todas las jovencitas (y no tan jovencitas) que pretenden seguir "la moda" a pies juntillas en versión low-cost. Parece que sea barato vestirse de low-cost y también parece que aquellas que veneran la moda son las que más prendas acaparan en sus armarios. Aparecen las etiquetas de "vintage" para indicar una filigrana barata de metal que se supone pertenece a la temporada pasada de tal o cual  baratija.  Las cadenas de gran distribución han afinado su ingenio y hoy día utilizan herramientas de marketing bastante más sofisticadas que un mega anuncio en una marquesina de autobús. La educación, como en todo, está en los libros, y, en moda, no es menos. Resulta que las entendidas en moda son niñas o jovencitas que con mejor o peor suerte juegan a copiar tal o cual estilismo. Sus críticas, de repente son avaladas por millones de seguidoras y su palabra se convierte en bíblia de muchas, por arte y magia de ............ la red!!! En la red hay de todo y en entre todo, mucho relleno y tontería, perfectamente prescindible porque lejos de aportar algún conocimiento lo único que consiguen es, intoxicar lo poco que queda en cuanto a cultura del vestir se refiere.


       Un buen armario no se retira nunca y  la que piense que está de moda mezclar lo barato con lo caro está muy equivocada si cree que es realmente una moda. Es una argucia más del marketing que hace que tengamos un gasto fijo todos los meses porque todos los meses estamos tirando prendas o descartando lo que era moda la semana pasada y ahora ya no lo es. Un hábito de consumo que se puede permitir aquella persona que puede comprar y tirar en un abrir y cerrar de ojos. Con ello nace un nuevo movimiento en moda, la Slow Fashion  (para un próximo post).

       Esto más que una crítica, que lo es, supone una reflexión sobre nuestros hábitos de consumo y esta siendo, como podéis ver en el enlace que os dejamos, tema de estudio porque se trata de un fenómeno de comportamiento social.



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