Plisado, pero con cuidado.

      Una curiosidad, el creador de esta técnica fue un español, Mariano Fortuny y Madrazo, hijo de pintor con el mismo nombre y nacido en Granada. Pintor, fotógrafo, escenógrafo y diseñador textil, fueron algunas se sus múltiples facetas. Obsesionado con la indumentaria griega, creó una máquina para realizar un fino plisado que imitase las famosas túnicas de la época helenística. Hoy en día pueden apreciarse muchas de sus obras en el Museo del Traje de Madrid y el Museo Fortuny en Venecia, lugar dónde falleció y fue enterrado tras ser rechazado su legado por el estado español.

Mariano Fortuny y Madrazo.

Sigue sin saberse que productos usaba Fortuny para mantener el plisado en sus vestidos, todo un misterio que nunca desveló.

     Historia a parte, casi todas las prendas tienen un lavado específico, en seco, en agua fría con programa corto, lavado delicado, a mano sin dejar a remojo... Es muy difícil no meter la pata en alguna ocasión, inevitable al fin al cabo.

      Los plisados, tanto en faldas como vestidos son muy difíciles, tenerlo en cuenta a la hora de comprar una prenda con estas características. Los tejidos 100% acrílicos, plisan fenomenal, soportan cualquier lavado y no se deforman aunque te sientes todo el día sobre él, no pasa lo mismo si el tejido es seda, lino o cualquier tejido natural, perderá el plisado con el uso.

      Las tintorerías no suelen hacerse cargo de estas prendas por la dificultad de lavado y planchado, así que cuidado chicas. 

Los tejidos acrílicos como los de esta falda resistirán horas y horas sin deformarse, incluso podrás lavarla en casa.

Las faldas plisadas de la colección SS11 de Clhoè fueron toda una delicia a la vista, nunca mejor dicho, no llegaron a comercializarse porque el plisado era totalmente efímero. Cuando las modelos regresaban al backstage del desfile, las faldas habían perdido ya el plisado.