Ya no se viste como antes, ¿afortunadamente?

       Hace cincuenta años la mujer todavía se ponía un vestido por la mañana, un traje de chaqueta por la tarde y un vestido de noche para salir a bailar. Es cierto que ya no existe ese código del vestir tan encorsetado, ¡afortunadamente!.  Con el código de vestimenta antiguo era más difícil errar, practicamente se establecía un "uniforme" para cada momento del día y ocasión. Ya no, de repente, todas mostramos  nuestra creatividad en lo que a vestimenta se refiere.
 Hoy por hoy, parece que la libertad de la que gozamos en este ámbito ha restado decoro en el vestir. Esto es, el respeto hacia el prójimo. Todas nos hemos encontrado en situaciones, como mínimo, un poco desagradables;  cuando de repente estamos disfrutando de un maravilloso bocado y al levantar la vista vemos a otra comensal en la mesa anexa con la "hucha" al aire. ¡Por Dios!, ¡que problema tenemos ahora con saber donde tenemos la cintura!.  ¿Desde cuándo se lleva, es moderno o hay que reivindicar que se nos vea medio trasero?. Cuando hace unos años, la mujer acortaba la falda significaba algo (Twiggy, años 60, libertad sexual), cuando se ponía una prenda masculina (el traje de chaqueta en los 90 mostraba a una mujer que irrumpía en puestos importantes en el campo laboral, Armani fue el preferido por muchas),  etc.... Hoy solemos escuchar que ya está todo inventado y que lo que queda es hacer interpretaciones. ¡Uf, que peligro!, una interpretación es algo personal y nos olvidamos de que seguimos viviendo en sociedad. 






        ¿No creéis que debemos observar un poco de respeto?. Eso es, seguir un protocolo. Es una palabra un
poco rimbombante y parece ha quedado relegada a usarse en ocasiones formales, bodas, presentaciones, etc.... para gente estirada y snob.  No deberíamos pesar así porque no es más que un código a usar para no meter la pata y que significa tener consideración hacia las personas con las que interactuamos. Eso que se llama educación. La "señora mayor" sigue conservando esas "buenas maneras", por ejemplo, no entra en una iglesia con los hombros descubiertos.  No podemos olvidarnos, la indumentaria es una forma más de comunicación, con nuestra imagen estamos dando mucha información de nosotras mismas. En el ámbito laboral parece estar todo más fácil pero en el personal ........., donde realmente damos rienda suelta a nuestro propio yo,  es otra cosa. La cantidad de oferta disponible descentra de lo necesario, aconsejable y apropiado a cada situación, todo nos gusta y nos lo queremos poner, ¡ya!.  A diario nos preguntan, ¿debo llevar medias?, ¿puedo llevar tocado con este vestido?, ¿qué se lleva a una ocasión de estas?, etc...  Un consejo muy sencillo, sentido común y ante la duda, discreción. 



Comentarios

  1. ¡Que de recordos me traen estas "mariquitillas"!. Así era como lle chamaba eu a estas bonecas recortables coas que podías xogar a vestir e combinar.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares